Afrodisíacos Un afrodisíaco es cualquier
sustancia que en teoría aumenta el apetito sexual. Su nombre es una referencia a
Afrodita, la diosa griega del amor, que surgió de la espuma del mar cuando el dios Cronos
mató y castró a su padre, arrojando sus genitales al océano.
Algunos afrodisíacos suelen funcionar estimulando algunos
sentidos (vista, tacto, olfato y oído) y otros se toman en forma de comida,
bebidas, bebidas alcohólicas, "filtros amorosos", drogas, o preparados
medicinales. Ya en el Kama Sutra, texto amoroso hindú, se indican muchas maneras
para que el hombre incremente su vigor sexual con alimentos tales como la leche y la miel, que siempre han sido reconocidos como fuente
de energía.
En la medicina tradicional china se usaban
remedios a base de hierbas, como la raíz de ginseng para potenciar la longevidad
y el vigor sexual. Los árabes destacaban el valor de los perfumes, las
fragancias y cosméticos para multiplicar el placer sexual. Para los sajones plantas con apariencia fálica
como zanahorias y espárragos ganaron reputación.
Hoy en día se
pueden considerar afrodisíacas sustancias tales como el alcohol por su propiedad
desinhibidora. La ciencia moderna sólo reconoce un pequeño número de sustancias
afrodisíacas, una de ellas es la cantárida ("mosca española"), formada por
restos secos y triturados de abadejo, pero debe tenerse cuidado, ya que es
extremadamente peligroso utilizarla como excitante para los humanos por su
elevada toxicidad.

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